Poesía nómada

martes, 19 de junio de 2018

En el fulgor de tu recuerdo


Te escribo con tinta de mi sangre, de mi alma.
Desde la lejanía que me desgarra aun te escribo
millares de versos sempiternos y melancólicos,
palabras que susurran el desierto en el que estoy,
donde cada pétalo de aquella flor que era
fuerte y dulce se marchita con los rayos de tu recuerdo.

Dolor es lo que hay, es lo que ahora conozco.

Los recuerdos estallan en mi memoria cada vez más fuertes,
ya no duermo ni tengo gusto, me convertí en una tormenta
que va destruyendo todo a su paso,
mi interior se esfuma con cada incesante día.
Veo el reflejo de mi rostro con los espejos,
es vano y afligido, el resplandor se extinguió,
hace mucho tiempo. Tú la robaste,
te llevaste muchas cosas y aun así en el conticio te sigo escribiendo.

Respira, respira me dice la brisa,
mientras el océano se desborda por mis ojos,
respiro profundo, es otra noche donde te recuerdo, donde te extraño.

Escucho tu risa cada vez más fuerte,
siento tus caricias, tus palabras,
siento tu mirada tierna sobre mí,
tus manos acariciando mi cabello
y me vuelvo a preguntar cuando volveré a verte,
pero creo que seguirás siendo un fantasma
que me abruma con cada oscuridad.
Nunca lo dije pero me dolió tu partida,
solo miraba tu silueta desvanecerse en la travesía.

Mi mirada grita tu nombre,
mi mente intenta ahuyentarte de mi vida,

pero cada noche susurro tu nombre a la luna y se lo confieso al papel,
con cada letra, con cada verso te llamo,
pero no acudes,
porque solo eres una sombra,
un recuerdo que cada noche me mata.
-Estefany Diaz

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